Vitamina D3 propiedades y contraindicaciones

Un estudio reciente señala que la deficiencia de vitamina D3 incrementa el riesgo de eventos graves por COVID-19, la enfermedad infecciosa causada por el nuevo coronavirus, que a la fecha suma más de 650 mil muertes a nivel mundial. Según la investigación, “existe amplia evidencia de que varias enfermedades no transmisibles ―hipertensión, diabetes, ECV, síndrome metabólico― están asociadas con bajos niveles de vitamina D en plasma”, por lo que es preciso considerar la importancia de la vitamina D para prevenir este virus.
 
La vitamina D es un nutriente necesario para nuestro bienestar, en especial el de nuestros huesos. Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), la vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio ―pieza fundamental de los huesos― que proviene de los alimentos y suplementos.
 
“Las personas que consumen vitamina D en cantidad muy escasa pueden tener huesos débiles, delgados y frágiles”, indican los NIH sobre este nutriente que además es importante para el buen funcionamiento del sistema muscular, el sistema nervioso y el sistema inmunitario, el cual “emplea la vitamina D para combatir los virus y bacterias que lo invaden”.
 
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de las personas (alrededor del 80%) se recuperan del COVID-19 sin requerir hospitalización. Sin embargo, en promedio, uno de cada cinco pacientes que contraen el COVID-19 llega a presentar un cuadro grave, experimentando dificultades para respirar. La OMS indica que tanto las personas mayores de 60 años, como aquellas que padecen enfermedades crónicas, tienen mayor probabilidad de enfermarse gravemente a causa del COVID-19.
 
El estudio, publicado por la NFS Journal, señala que “la edad avanzada y las comorbilidades están relacionadas con un suministro insuficiente de vitamina D.”. Ello coincide con una investigación anterior (junio, 2017) compartida por la OMS, según la cual “la deficiencia de vitamina D puede afectar al sistema inmunitario, ya que cumple una función inmunomoduladora”.
 
Teniendo en cuenta que el COVID-19 es una enfermedad producto de una infección que afecta el aparato respiratorio, es importante valorar el efecto protector que la vitamina D ―que puede encontrarse en suplementos y alimentos fortificados en dos formas: D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol)― supone ante las infecciones de las vías respiratorias. Según el estudio más reciente, “se debe prestar mucha más atención a la importancia del estado de la vitamina D para el desarrollo y el curso de la enfermedad”.
 
La vitamina D se produce en el cuerpo humano cuando éste se expone directamente a la luz solar. De hecho, según los NIH, “la mayoría de las personas cumplen al menos en parte con su requerimiento de vitamina D de esa forma”. Otro modo de obtener este nutriente es a través de los alimentos que lo contienen de forma natural. Entre ellos, Las autoridades de salud pública, señalan los siguientes:

• Los pescados grasos, como el salmón y el atún están entre las mejores fuentes de vitamina D.
• El hígado vacuno, el queso y la yema de huevo contienen cantidades menores.
• Los hongos aportan cierta cantidad de vitamina D; en particular, los hongos silvestres, que se cultivan a la luz solar.